10:47 AM Querido Lector de Roterdamus, me gustaría en menos de una hora ofrecerte en Primicia Mundial la Carta Apostólica de Su Santidad Papa Francisco que será dada al mundo a las 12 horas del mediodía, hora de la Virgen, en el día de la memoria litúrgica de la Presentación de Nuestra Señora. Embargada hasta ese segundo, la he leído para ti al llegarme de antemano desde el Vaticano, y puedo hacer click a las 12:00 horas para ofreértela. Ya predije de donde salía el título, lo que se confirma al leer la Carta. Gran significado tiene además que sea dada al Pueblo de Dios en el día de la Presentación de Nuestra Señora. En la entrega de Nuestra Madre entrañable del alma, Francisco nos invita a la entrega a Dios sin condiciones, única manera de realizarnos, y de encontrar la felicidad. Con ocasión de la conclusión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, en la que ha participado monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, se ofrecerá dentro de 15 minutos una síntesis en Roma en rueda de prensa, y mientras los periodistas están ocupados tomando notas ya puedo ofrecerte mi reflexión sobre el título, que no fue difícil de adivinar. Origen del nombre "Misericordia et Miseria".Cuando la multitud increpó a la pecadora y querían lapidarla, es decir matarla tirándole grandes piedras a la cabeza y por todo el cuerpo, se da la mujer de bruces con Jesús, y la turba increpa a Jesús preguntándole por lo justo de la condena a muerte al haber sido hallada la mujer en adulterio. Jesús no responde, simplemente se inclina sobre la tierra y escribe sobre el polvo, escena que seguro recuerdas bien. Después se yergue, y dice: "Aquel que de vosotros esté libre de pecado, tire la primera piedra”. Luego sigue escribiendo en la tierra, y los acusadores se dispersan, comenzando por los más ancianos. San Agustín captura esta escena de manera muy gráfica: relicti sunt duo misera et misericordia (solamente se quedaron dos en la escena: la aflicción y la Misericordia). Jesús Nuestro Señor le pregunta a la mujer donde están sus acusadores, “Nadie te ha condenado?”. - "Nadie mi Señor". - "Yo tampoco te condeno, vete y de ahora en adelante no peques más". La compasión misericordiosa de Jesús hacia la mujer la libera y la convierte a una vida de Amor a Dios. Aunque la traducción al castellano que prefiere Francisco es la de "la Misericordia y la miserable", lo más significativo para mí es la palabra AFLICCIÓN (arrepentimiento) que utiliza la traducción del texto que comenta la frase de San Agustín, y la frase "vete (en Paz) y no peques más" (propósito de enmienda por Amor). Ambos aspectos, olvidados a posta por los que con mentalidad laxa prefieren una Misericordia sin amor a Dios. Una misericordia de activistas. Una misericordia sin sacramentos, en fin, una misericordia sin Dios. Y fuera de Dios, no hay nada, ¿no te parece? Y la Paz, signo distintivo del Cristiano, que Jesús utiliza como saludo (La Paz os doy la Paz os dejo...) y añade "no como el mundo la da os la doy Yo..."), la Paz, decía, sin Dios no es Paz. Porque la Paz que nos da Dios no es la Paz que da el Mundo. No hay Paz sin contricción, sin dolor por la ofensa al amado, a Dios Nuestro Señor, como remarca por activa y por pasiva el papa Francisco en esta bella Carta Apostólica. ¿Qué escribe Jesús en la tierra? "Infinidad de comentarios se suscitan entorno a qué cosa escribe Jesús en la tierra, y que seguro que el Papa comentará en la Carta Apostólica que dentro de menos de una hora será entregada al mundo. Algunos sugieren que Jesús nos recuerda con su gesto el momento en que el profeta Daniel (Dan 5:24) escribió en el muro; otro que Jesús escribió el texto del Éxodo (Ex 23:1), un edicto contra el falso testimonio, seguido de los pecados de los acusadores. Otra versión es que Jesús ataca con su gesto a los acusadores aludiendo a Jeremías (Jer 17:13) en que se dice que “aquellos que se apartan de Ti verán sus nombres escritos sobre la arena, porque se han olvidado del Señor, la Fuente de Agua Viva”. Sea cual fuere la mejor opción, la escena se centra en Jesús y la mujer adúltera, el dolor por la ofensa a Dios Buestro Señor, y el perdón de Dios cuando acudimos a Él. La Carta Apostólica del papa Francisco, "Misericordia et Misera”, ciertamente hablará de ello, |
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