Paloma García Ovejero y Greg Burke, portavoces de la Sala de Prensa del Vaticano, dimitieron pocos días antes de acabar el año 2018 con efecto 1 de enero de 2019. Greg Burke y Paloma García Ovejero habían sido Originalmente contratados por el Papa Francisco en junio de 2016, pasando García Ovejero a ser la segunda en funciones como portavoz del pontífice. Sin embargo, debido a las constantes modificaciones en el ministerio de las comunicaciones vaticanas seguidas de escándalos periodísticos por falta grave de ética profesional del mismo Prefecto Darío Eduardo Viganó, los dos únicos profesionales de las comunicaciones que propiamente se han formado en escuelas de periodismo de redacción de contenidos dejan sus puestos de trabajo. Lo que se presenta a la opinión pública como haber puesto en manos del Papa toda la libertad para reformar las comunicaciones vaticanas, no sería más que un argumento pueril para ocultar el afán de controlar la comunicación al milímetro cada vez más por parte del Vaticano. Jordi Picazo* Progresiva pérdida de relevancia de Paloma y Greg Esta eliminación de los cargos inicialmente confiados a Paloma García Ovejero y Greg Burke como portavoces del Papa es una consecuencia que no sorprende de una progresiva democión de los portavoces del Papa, convertidos así en simples oficiales y relegados en la práctica a oficinistas como explica el portal de prestigio Crux (leer aquí en inglés) y apoya el vaticanista Sandro Magister en su artículo (leer aquí en español). Por su parte el artículo de la Agencia de Noticias Aceprensa hace un maridaje de las posiciones de estos dos vaticanistas (leer aquí en español) y analiza cómo el papel de Paloma García y Greg Burke empezaba a perder su perfil inicial. Como señala el prestigioso vaticanista y director de Crux, John Allen, su permanencia en ese puesto podría acarrearles una pérdida de oportunidades profesionales cuando se les acabase su desempeño. “Sin embargo, esto no es nuevo”, señala Allen de Crux: “está metido muy dentro en el modo en que el Vaticano lleva la comunicación”. “Es verdad, se podría precisar, que durante unos años hubo otro aire; pero la época de Joaquín Navarro-Valls fue excepcional”, leemos también en el artículo que cito de Aceprensa. Ha sido un trabajo el suyo sin relieve, en caída libre. La Oficina de Prensa vaticana apenas ha tenido actuación relevante en asuntos difíciles, como el de los abusos sexuales en Chile o las acusaciones hechas por el arzobispo Carlo Maria Viganò contra miembros de la Curia vaticana de ocultación de casos de abusos sexuales, porque no se contaba con tal información. La consecuencia: cuanta menos información, más rumores; las interpretaciones tienden a rellenar los huecos que deja la falta de datos. Con los rumores, llega el caos, aunque a veces un pequeño grupo acaba beneficiándose de esa división premeditada. Despido oculto. Sus puestos se suprimen Personalmente me resulta difícil de imaginar que Paloma García y Greg Burke abandonaran el timón del barco de la información oficial del Estado Vaticano en el momento preciso de cruzar el ojo de un huracán, dejando al Papa solo. Si leemos su comunicado de desistimiento, no mencionan que la decisión fuera suya, solamente que deciden marcharse para dar libertad al Papa, cosa compatible con que, por mandato del mismo Papa Francisco, aconsejado éste por su equipo habitual les despidieran ahora que el mentor de Greg Burke en el Vaticano había sido enviado al fondo del cuerno de África de Nuncio en Sudáfrica. El ojo del huracán al que me acabo de referir lo constituye el tsunami de información que se generará este primer trimestre de 2019 en que se desarrollarán acontecimientos planetarios que afectan a la credibilidad de la Iglesia Católica y marcarán sus políticas en Oriente Medio, China y Rumanía, así como el desarrollo y frutos de la JMJ de Panamá que tiene lugar del 22 al 27 de enero de 2019 sin olvidar la cumbre vaticana sobre los abusos sexuales por parte del clero de la Iglesia Católica el mes siguiente. Me cuesta mucho creer este abandono por los motivos aducidos, lo veo como algo parecido a decirle a tu novio, “querido, vete con las ‘cariñosas’, mira que lindas son, mejores que yo, te harán más feliz, yo quiero verte feliz”. Greg y Paloma ante este escenario de su supuesto abandono creado por las fake news vaticanas y lanzadas desde dentro del propio Vaticano, si fuera cierto manifestarían a la opinión pública mundial que su papel ha sido de poca monta y que no están preparados para lo que viene. Poca dosis de lectura crítica hace falta pues para darse cuenta de que Paloma y Greg se han convertido en dos peones al servicio de una maquinaria impersonal y que carecen de espacio para ejercer el pensamiento crítico propio que les permite informar con rigor. Y esto estaban dispuestos a hacerlo aún sabedores de que la inmundicia desborrada el cubo en el Vaticano. Y estaban dispuestos a pasar por esto porque ese era su trabajo, y precisamente por tener ese pensamiento crítico de lo que ocurre en el Vaticano se les escogió. Pero para un puesto así lo que se pide es que no pienses. Y a mi parecer Paloma y Greg probablemente se cuenten entre las muy pocas personas en el dicasterio hasta el momento de su dimisión que no venderían sus principios por dinero o dádivas de cargos o agasajos. Si contemplamos que la decisión fue la cacareada por todos, autónoma y libre, encajaría mejor que no quisieran precisamente hacer de blanqueadores de inmundicia frente a la reunión sobre la pederastia que se espera para febrero de 2019 que no una razón bondadosa y cursi a la vez, propia de una persona en el final de su carrera profesional y no en el punto álgido de su prestigio profesional. Sin embargo, este supuesto ejercicio de generosidad quijotesca que hubiera llevado a estos dos profesionales a abandonar su puesto de trabajo ha sido aplaudido por los bufones de palacio, como son la revista española religiosa liberal Vida Nueva. Revista esta, que ensalza actitudes anticatólicas y frecuentemente ataca la doctrina de la iglesia, cosa que aunque está de moda, también resulta que ataca los postulados del mismo Papa Francisco revistiendo ese ataque como de una defensa de las reformas del mismo Francisco con la táctica rastrera de poner a un lado la Iglesia y a otra al Papa Francisco como mártir de los dogmáticos y los rígidos (aquí enlace art. En Vida Nueva) en su lucha titánica por reformar la Iglesia. El Prefecto Ruffini: miente, no miente… El tema se agrava sin embargo cuando el diario El País de España ya utiliza la palabra abandonar, aplicada a Greg y a Paloma. El que sí menciona que la decisión de Paloma y Greg es autónoma es Ruffini, actual Prefecto del Dicasterio de las comunicaciones vaticanas tras el bochornoso error del anterior, Darío Viganó; así el diario español “El País” refleja el comentario de Ruffini en las palabras "significativo compromiso al camino de reforma" de ambos y asegurado que su dimisión responde a "una autónoma y libre elección". Y añade el rotativo que “También ha apostado por un “rápido relevo”. Ruffini apunta que el 2019 será un año “denso” que requerirá “un máximo esfuerzo de comunicación” dada la importancia de algunas citas y actos del Papa”(aquí art. de “El País”). Todo ello confirma que se decidieran deshacerse de los dos únicos periodistas independientes. Negar tan insistentemente una realidad es habitualmente una pista de que, con expresión española, "rio que suena agua lleva". La pregunta ahora es, ¿qué cantidad ha desembolsado la maquinaria vaticana del cepillo de los pobres para compensar y acallar a estos profesionales? El comunicado de Greg y Paloma Las palabras de Greg Burke y Paloma García fueron simplemente “Paloma y yo hemos dimitido, a partir del 1 de enero. En este momento de transición, pensamos que es mejor que el Santo Padre sea completamente libre para reunir a un nuevo equipo. La experiencia de estos años ha sido por decir poco, fascinante. Gracias, Papa Francisco. Un abrazo muy fuerte”. Por su parte, García comentó en Twitter “Termina una etapa. ¡Gracias, Santo Padre, por estos dos años y medio! Gracias, Greg, por tu confianza, tu paciencia y tu ejemplo”. No hablan los portavoces despedidos de que la decisión fuera suya, no mienten, no violan sus principios de ética profesional. Si Ruffini miente y resulta que lo sabía por decisión del Papa, permite también al Papa poner un interino desde 1 de enero, para precisamente controlar al detalle lo que se dirá en estos meses intensos para las comunicaciones vaticanas: la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, y más importante, en la cumbre sobre pederastia en el Vaticano en febrero de 2019, donde se quiere dejar claro que la homosexualidad del clero no es la culpable de la debacle, en contra de todo juicio racional. O el próximo viaje a Rumanía y a Oriente Medio. Si Ruffini no miente A la hipótesis de que Ruffini miente podemos contrastar la hipótesis de que Ruffini no miente. Así, si Ruffini dice la verdad y Paloma y Greg le cogieron por sorpresa con su decisión conjunta de dimitir, tuvieron que mantener los portavoces reuniones secretas, no sinónimo de conspiratorias, sino ocultas, por discreción, por personal el contenido, antes de comunicarlo a nadie. No iban a comunicarlo además a nadie que fuera superior a Ruffini antes que al mismo Ruffini, puesto que han usado de la elegancia humana en todo momento, rasgo destacado por todos los Medios, y seguirán los pasos jerárquicos esperables. Si Ruffini miente Si por el contrario todo fue planificado, el honor de Paloma y Greg podría consistir en querer evita a la Esposa de Cristo que es la Iglesia Católica un escándalo más, pudiendo como pueden, denunciar ese despido a las autoridades italianas y al colegio profesionald e periodistas de Italia o ante cualquier otro colegio profesional al que pertenezcan, por improcedente. El Papa, acostumbrado a lidiar con tiranos en una Argentina oscura, y acostumbrado a esconder a rebeldes de extrema izquierda y a vestirlos de cura para ayudarles a escapar, también en su día aconsejó a los despedidos como efecto secundario por el escándalo de la diócesis de Zaragoza, España: Francisco había encargado informes secretos a trabajadores de la diócesis de Zaragoza, España, sobre su propio arzobispo Ureña, para echarle con la ayuda de Germán Arana, el Cardenal Omella y el arzobispo emérito Elías Yanes. El sucesor y actual arzobispo Vicente Jiménez, al ser nombrado en sustitución de Ureña echó a esos trabajadores que a su criterio podrían también “traicionarle a él”. Francisco les recomendó que le parecía bien que denunciaran a la arquidiócesis por despido improcedente por parte de D. Vicente, y así lo hicieron. Con estos antecedentes, reflejados en la prensa española, parece peccata minuta la decisión de prescindir de Paloma y Greg y eliminar sus puestos sin renovarlos. Puro deseo libidinoso de poder, en una trama esta que implica al cardenal Omella cuyos mensajes por whatsapp en la trama de conspiración de Zaragoza publicados por “El Periódico de Áragón” muestran su deseo de, tras echar a Ureña, quedarse de Arzobispo de Zaragoza, en una diócesis en la que había sido obispo auxiliar. Paloma García Ovejero y Greg Burke han aceptado el despido, han aceptado dar la explicación oficial, y lo hacen entre otras cosas porque si siguen, en lugar de recibir ofertas cuando acaben, tendrían que mandar currículos. Y porque no les queda más remedio. Marcha el mentor [Wells], cae el recomendado [Burke] Como comenta Aceprensa en el artículo enlazado arriba, Burke comenzó su trabajo en la Santa Sede a propuesta de Mons. Peter Bryan Wells, también estadounidense, que a la sazón era asesor en la sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. Wells consideraba necesaria la ayuda de un profesional del periodismo para orientar la comunicación vaticana, especialmente en ocasiones difíciles en las crisis de información. Burke había sido corresponsal durante cerca de 20 años de medios norteamericanos: primero, del National Catholic Register, y después, de Fox News, antes de pasar a trabajar para el Vaticano como asesor de comunicación de la Secretaría de Estado en 2012. Paloma García estaba al cargo de la corresponsalía de una cadena española de radio, la COPE, desde 2012. También se consideró importante la intervención de Wells en el nombramiento de Burke para la Oficina de Prensa, primero como vicedirector, a finales de 2015, y como director en julio siguiente, cuando se retiró el P. Federico Lombardi como apuntaba más arriba. Wells dejó la Secretaría de Estado en febrero de 2016, al ser nombrado arzobispo y nuncio en Sudáfrica y Botsuana. Él era en la Curia el principal valedor de una comunicación más activa, que se adelantara a las reacciones de los medios y la opinión pública. Sin él, se impuso de nuevo el enfoque tradicional de la Secretaría de Estado, en el que la Oficina de Prensa no tiene protagonismo y es fundamentalmente un emisor de comunicados oficiales. Marcha el mentor, cae el recomendado. O tal vez se deshicieron del buen mentor, para echar al que estorba, en este caso Greg y Paloma. Y ello tal vez porque nunca antes parece que a un Papa se le hayan atragantado tanto los obispos de los Estados Unidos. Sin embargo ante su toma de posesión, Burke negó que su nombramiento lo hayan impuesto los obispos estadounidenses para mejorar la política de comunicación de la Santa Sede tras los escándalos de clérigos pederastas que ha afectado a numeras diócesis de ese país, y había asegurado que además de agilizar la maquinaria de comunicación vaticana también ayudaría a la Santa Sede a tener en cuenta el mundo de internet, como explica el diario español “El Mundo” (enlace a artículo aquí). Y el tema de la pederastia ha sido abusado también informativamente. Francisco recientemente ha cargado contra los obispos de EE. UU. por su gestión de la crisis de los abusos sexuales, mientras que no ha hecho nada con la crisis de Chile hasta que le ha explotado en las manos. La culpa ha recaído a ojos del mundo en los obispos chilenos al completo, que al completo han presentado su renuncia al Papa Francisco. Una Iglesia avergonzada, la chilena. Esperemos que EE. UU. no acabe igual. Sin embargo la gestión de los obispos de EE. UU. ha sido mayoritariamente una queja por el encubrimiento por parte de los menos de los abusos llevados a cabo por cardenales americanos encubiertos por el Vaticano. En la segunda parte, intrigas vaticanas, lucha entre obispos y pérdida de credibilidad de la Iglesia a nivel internacional. *Jordi Picazo es Master en Filología Inglesa y está colegiado como periodista en Reino Unido y España. Para saber más: En el artículo que sigue se refleja cómo Paloma García Ovejero fue la última en enterarse de la carta polémica de Francisco a sus hermanos en el episcopado argentino, que legitimaban nada menos que el adulterio en muchos casos en clave de ambigüedad, y permitían la comunión sacramental sin dejar la fornicación continuada. THIRD IN VATICAN’S COMMUNICATION OFFICE, PALOMA GARCIA REFUSED TO BELIEVE ANSWER BY FRANCIS TO LETTER FROM ARGENTINIAN BISHOPS ON DIVORCED AND REMARRIED por Jordi Picazo At first hearing it, Paloma Garcia Ovejero did not believe journalist at a Roman lunch.The awkwardness of the doctoring of Pope Emeritus Benedict’s letter still fresh, it is worth re considering the shock that the letter written by Pope Francis to the Bishops of Buenos Aires produced not only in the so-called “rigorists” but also in the same Vatican’s Communications office. “The writing is very good and fully explicates the meaning of chapter VIII. There are no other interpretations.” With these words Pope Francis, endorsed a note from the bishops of the region of Buenos Aires who in interpreting the post synodal apostolic exhortation “Amoris Laetitia” admitted the possibility of Eucharistic communion for the divorced and remarried who continue to cohabit “more uxorio.” Paloma García-O: “How odd that we do not know about it, ok, alrigt”At a Sunday Lunch on 11 September 2016 in Rome, a lightning stroke Paloma Garcia Ovejero, the third on command of the Vatican Communications ship as she did not know about the letter sent to the Pope by the Bishops of the region of Buenos Aires, nor about the answer sent by him endorsing their opinion.
García Ovejero refused to believe my story that two days earlier, 9 September 2016, an Australian journalist had asked Jose Granados, vice president of the Pontifical Theological Institute John Paul II, about the content of the letter of the Pope to his brothers the Bishops in Buenos Aires. The lunch was in the |
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