#DOCUMENTO 1 Ante el 50 aniversario de la Humanae Vitae que se conmemora en 2018 voy a ir desgranando aspectos importantes de esta encíclica de la mano de mi admirado amigo Monseñor Vincent M Walsh, a quien tuve el inmenso placer y satisfacción espiritual de conocer y tratar en Philadelphia, EEUU, en otoño de 2015 y 2016. Gracias a Key of David Publications, en Pennsylvania, por hacer públicas sus reflexiones sobre este profético documento. Lo que sigue es mi propia traducción del resumen pedagógico de la encíclica que ofrece Monseñor Walsh, con pleno permiso de su parte para hacerlo, y plena aprobación del Arzobispo sobre su texto publicado en las librerías, cuyo objetivo es ofrecer un resumen y facilitar el conocimiento de su contenido. El orden en que ofrezco los puntos es aleatorio. Quiero hacer notar que en unas cuantas ocasiones el texto ofrecido aquí coincide casi literalmente con el que enlazo a pie de artículo d ela Encíclica Original, documento Vaticano. Sin embargo en otras no, como se verá en el punto 2, y la versión simplificada ofrece una comprensión más simple y esquemática. Jordi Picazo En el punto 9: Menciona, a la luz de las cuestiones muy importantes que tienen relación con los trazos definitorios y las exigencias del amor conyugal, que: - el amor conyugal es plenamente humano, a la vez en lo que respecta al espíritu y a los sentidos. Es, principalmente, un acto libre de la voluntad. No es simplemente un acto propio del instinto o del sentimiento. Este amor debería durar y crecer a través de las alegrías diarias y de las penas también diarias a medida que los esposos devienen un solo corazón y una sola mente y se perfeccionan humanamente. -Este amor es total, una forma muy especial de amistad personal, por la cual los esposos lo comparten todo sin reservas ilícitas ni cálculos egoistas. En el amor conyugal verdadero la esposa, el esposo, gozan enriqueciendo al otro con el don de sí mismo, de sí misma. -En el día de su boda, los esposos deben mira a este amor como fiel y exclusivo hasta la muerte. Con plena consciencia asumen las obligaciones del vínculo conyugal. Esta fidelidad es difícil pero siempre posible, noble y meritoria. El ejemplo de tantos esposos a lo largo de los siglos muestra que el amor fiel es acorde con la naturaleza del matrimonio, es la fuente de la felicidad perdurable y está diseñado para traer al mundo vida nueva. Así pues el amor conyugal va más allá de la comunión de vida entre los esposos. "El matrimonio y el amor conyugal están por su misma naturaleza ordenados a la procreación y educación de los hijos. Los hijos son realmente el regalo supremo del matrimonio, y contribuyen substancialmente al bienestar de los padres" (Concilio Vaticano II). |
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