-¿Va a cambiarlo todo, como temen los conservadores, o lo va a dejar todo como está, como temen los progresistas? -Bergoglio recibió una gran influencia del libro de Yves Congar de 1950 Verdadera y falsa reforma en la Iglesia, que San Juan XXIII tenía como libro de cabecera en su mesita de noche cuando convocó el Vaticano II. Congar muestra cómo en el pasado la reforma católica auténtica en la Iglesia católica siempre ha tenido lugar en consonancia con la tradición de la Iglesia, no cuestionando las doctrinas católicas fundamentales. El Papa no va a cambiar la doctrina. Puedes leer aquí la entrevista que le hice antes de la presentación: EL ROSTRO DE DIOS ES MISERICORDIA. MI ENTREVISTA AL BIÓGRAFO DEL PAPA FRANCISCO
Así, el autor de “El Gran Reformador. Francisco, retrato de un papa radical” subrayaba durante nuestra entrevista en Barcelona, España tres meses después de que coincidiéramos en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, que la primera caracterización de Francisco en el título de su libro «suena a Lutero» y la segunda «puede sonar a Che Guevara». También aseguraba que «El papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica». John Allen Jr. —destacado vaticanista estadounidense y director del portal católico Crux— calificaba esta biografía de «indispensable y absorbente». Rigurosa- mente documentada, se hace difícil dejar su lectura una vez te has embarcado en ella, comentaba. Ivereigh y el que te habla, querida lectora, querido amigo lector, coincidimos en la Convención Anual de la RNA en Filadelfia ese septiembre de 2015, y tuvimos ocasión de charlar de nuevo en Barcelona cuando le entrevisté tres meses después del final del Encuentro Mundial de las Familias, un 1 de diciembre de 2015. «Aquellos que experimentan la misericordia, experimentan a Dios mismo» JORDI PICAZO: —¿Austen, puedes ampliar esa afirmación tuya de que la misericordia es la clave del papado de Bergoglio? AUSTEN IVEREIGH: —La misericordia en Francisco es un tema clave que está presente desde el principio de su vida personal. Es importante aquí recordar una experiencia tumbativa de misericordia poco antes de los 17 años en el confesionario, y que él mismo describió más tarde como igual que haber sido tirado del caballo. Personalmente creo que siempre ha estado convencido de que aquellos que experimentan la misericordia experimentan a Dios mismo; porque la misericordia es la primera manifestación para aquellos que son incondicionalmente perdonados. Son estos los que experimentan a Dios y por tanto se ven convertidos. La misericordia es absolutamente crucial en la evangelización tal como la ve el papa. En otras palabras, la Iglesia tiene que orientarse hacia demostrar y ofrecer esa misericordia de Dios en todas y cada una de las cosas que hace. Es así como va a tener credibilidad. Este es un punto capital en la bula “Vultus Misericordiae”, con ocasión del anuncio del Jubileo de la Misericordia que comienza en una semana [por diciembre de 2015]. En la Bula el papa utiliza la palabra credibilidad cuatro veces. Y eso es muy interesante. La Iglesia solo es creíble cuando es misericordiosa. Y, ¿por qué dice eso el papa? Pues porque mucha gente tiene, aunque sólo sea inconscientemente, conocimiento de Dios; y la sociedad occidental está informada por el cristianismo y subconscientemente reconocemos que Dios es misericordioso. Así, cuando la Iglesia aparece como juzgadora, la rechazamos, por mucha verdad que proclame; mientras que cuando la gente percibe la misericordia, se ve desbordada y atraída. «Cuando la Iglesia aparece como juzgadora, la rechazamos, por mucha verdad que proclame; cuando la gente percibe la misericordia, se ve desbordada y atraída» -AUSTEN IVEREIGH JP: —Entonces la Nueva Evangelización consiste en re-proponer la Evangelización con nuevas maneras, no tanto volver al principio porque haya fracasado la primera. AI: —El concepto de Nueva Evangelización surgió ante la crisis de valores del continente europeo, y fue propuesta por el papa Juan Pablo II. Fue más tarde implementado por el papa Benedicto XVI, que creó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y convocó un Sínodo sobre este tema. La cuestión es crear nuevas maneras dinámicas y energías para llevar a cabo esta Nueva Evangelización. Recuerdo muy bien el Sínodo sobre la Nueva Evangelización del año 2012. Hubo mucha charla acerca de la apologética y pienso que el problema desde el punto de vista de Latinoamérica —desde donde Jorge Bergoglio lo veía todo en Buenos Aires— era que todo ello de alguna manera simplemente reforzaba la laguna entre la Iglesia y la gente. Cuanto más la Iglesia enfatiza su verdad tanto menos se la escucha, a menos que acompañe esa proclamación con acciones de misericordia a la vez que de un mensaje de humildad. Y por ello pienso que ahora es cuando la Nueva Evangelización está empezando a llevarse a cabo eficazmente, bajo el pontificado de Francisco y su idea de misericordia. Cuando decimos que Dios es misericordioso estamos diciendo que Dios tiene un corazón para el pobre. JP: —¿Misericordia sin arrepentimiento? La Biblia dice «pero si hubierais sabido lo que esto significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’, no hubierais condenado a los inocentes (Mt 12:7 -Traducción en LBLA, La Biblia de las Américas)». ¿No sugiere esto la necesidad de la conversión? El arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, ha prevenido del peligro de una misericordia de rebajas; o el mismo teólogo converso al catolicismo Scott Hahn, en Filadelfia, en el marco del Encuentro Mundial de las Familias, comentaba en su charla ante 3.000 asistentes de diversas de- nominaciones que lo aclamaron al unísono con estruendoso aplauso: «misericordia no va de perdón, misericordia va de arrepentimiento». AI: —La palabra latina misericordia consta de dos partes: Cor —corazón— y miseri —los pobres. Estamos hablando de los pobres, de los pobres en el sentido amplio y no solamente los pobres materiales: cualquiera que busca, que anhela; pobre en el sentido de las Bienaventuranzas, el que anhela, sufre. Por tanto, cuando decimos que Dios es misericordioso estamos diciendo que Dios tiene un corazón para el pobre. Cuando buscas a Dios lo acabas encontrando. Pero la misericordia no es barata, no. Cualquier contacto con Dios requiere y conduce a la conversión. Y Bergoglio cuando era obispo insistía en que la gente que realmente se topa con esa misericordia de Dios no puede ya más separarse de la ley. Les cambia esa misericordia. Entiende así que la estrategia de evangelización de la Iglesia tiene que fundarse en ofrecer la misericordia completa, y de manera práctica, concreta, inmediata y accesible a la gente. «El Papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica» JP: —¿Trata Francisco de vapulear todas las con- ciencias con frases cortantes y rompedoras? ¿Es consciente de que no pocas veces confunde a más de uno? El reciente encuentro con los luteranos resaltaba la soberanía de la conciencia, respondiendo a la pregunta de una mujer luterana, esposa de un católico, sobre su deseo de comulgar junto a su marido. Con esos consejos de seguir la conciencia tras llevar ese dilema a la oración, ¿trata el papa de prevenir a los conservadores de una posible tentación de idolatrar la ley? O, cuando algunos interpretan la potestad concedida a los sacerdotes —y no solamente a los obispos— durante el año de la misericordia de perdonar el pecado del aborto, se interpreta por parte de algunos que ha dejado de ser pecado… ¿Podríamos hablar de algún trastorno común en el papa —como todos tenemos alguno, sea narcisismo, trastorno hipocondriaco—, convierte en doctrina de la Iglesia sus opiniones? ¿O es simplemente rompedor como Jesucristo? AI. —No sé si confunde a la gente. Sí sé que hay gente que se siente confundida en ocasiones por las frases del papa Francisco, pero no me he topado con nadie que no sepa en qué lado se encuentra el papa, y he constatado además que el papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica. Francisco hace una y otra vez lo mismo que Jesucristo, transmitir la ley de Dios manifiesta en las enseñanzas de la Iglesia proporcionándole la más plena comprensión y entendimiento. En el ejemplo que mencionas de san Juan en su Evangelio con la mujer adúltera, Jesús le dice «vete y no peques más». Él la ve como una pecadora, está claro, pero no solamente como una pecadora. La ve también como una víctima que necesita ser curada. Y este es el punto central: si dejamos fuera la misericordia nos quedamos solo con el juicio duro y eso no es de Dios. Si queremos comunicar a Dios, entonces debemos comunicar su Misericordia[1] (Vultus Misericordiae, descargar aquí en pdf). «Francisco es misionero, y los misioneros no van en busca de la gente para leerles encíclicas: empiezan con el kerigma» JP: —¿Por qué lleva solo una frase del papa —como la de «¿quién soy yo para juzgar a una persona gay que busca a Dios en su corazón?»— para provocar el caos, cuando Francisco no deja de recalcar la santidad del matrimonio, y que este es entre un hombre y una mujer? AI: —No hay contradicción, realmente, para el amor de Dios. Estas personas, gay o transgénero, han experimentado tradicionalmente una dosis de rechazo dentro del seno de la Iglesia, lo que les convierte de alguna forma en ciudadanos de segunda clase. Eso es lo que el papa Francisco quiere decir cuando habla de la proclamación primera de la misericordia. A veces nos obsesionamos con las cosas que repetimos una y otra vez y lo que repite una y otra vez el papa es lo que la gente necesita: esa es puramente la manera de pensar de un misionero, y Francisco es misionero. Y los misioneros no van en busca de la gente para leerles encíclicas: empiezan con el kerigma y eso es lo que Francisco intenta priorizar. Así, en cierta manera, si refuerzas constantemente la proclamación de la verdad, podrás hacer eso el tiempo que quieras, pero no te oirán, y no vas a transformar a nadie. Mucha gente, como puedes imaginarte tras leer la biografía, me dice —ey, me gusta el papa Francisco, pero no me gusta la Iglesia católica. Y yo les digo: —¡y por qué eso!—, y te dan casi siempre un ejemplo de algo que ha dicho o de algo que ha hecho Francisco; y resulta que eso refleja obras de misericordia, como por ejemplo que el papa permita que las mujeres den el pecho en la Capilla Sixtina, o su momento cuando abraza al hombre con las grandes llagas y deformaciones en la Plaza de san Pedro. Y estas cosas que nos cuentan estas personas son historias a través de las cuales reconocen lo que ya han conocido anteriormente, el amor de Dios. «No hay duda de que Francisco prefiere equivocarse por demasiada misericordia que por demasiado rigor» JP: —¿Se va viendo el efecto positivo y transformador de esta misericordia del papa? AI: —El “Efecto Francisco” no podemos discernirlo todavía, es demasiado temprano. Vemos que mucha gente vuelve a la Iglesia, y que hay una nueva disposición en la gente de mirar de nuevo a la Iglesia. Si eso se traduce en con- versiones o no, va a depender de la influencia de ese cambio cultural que conlleva esa actividad misionera de la Nueva Evangelización. El cambio cultural lleva tiempo, pero mi predicción es que la reforma de Francisco, la conversión que traerá será un cambio permanente qué será continuado por sus sucesores porque responde de hecho a lo que Francisco dice: «esta no es una época de cambios, sino un cambio de época». Y con esa permanencia vamos a ver con el tiempo —y ya en perspectiva— la gran significancia de este papado, que está implementando plenamente a base de estos cambios lo propuesto ya en el Concilio Vaticano II. No hay duda de que Francisco prefiere equivocarse por demasiada misericordia que por demasiado rigor. [1] Cfr. Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia «VULTUS MISERICORDIAE», en Vatican.va |
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