«NO ESTAMOS EN UNA ÉPOCA DE CAMBIOS SINO EN UN CAMBIO DE ÉPOCA» Papa Francisco «¡BIENVENIDO, SANTO PADRE!» El arzobispo Charles Chaput de Filadelfia —de quien tomó el listón Monseñor Nelson Pérez desde su toma de posesión el 18 de febrero de 2020— dirigió el siguiente saludó al papa Francisco en el Festival de las Familias en Filadelfia tras la presentación del mural al papa Francisco por parte de César Viveros: «Thank you, Holy Father. This mural will be a lasting testament to the World Meeting of Families and your visit. From all of us here tonight, we thank you and we say together God bless Pope Francis». [Gracias Santo Padre. Este mural será un testamento duradero para el Encuentro Mundial de las Familias y su visita. De todos nosotros aquí esta noche, le agradecemos y decimos juntos «Dios bendiga al papa Francisco»]. Francisco desde el inicio de su pontificado habla de que no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época: «No estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino en un cambio de época… un “cambio de mentalidad pastoral”. No una “pastoral relativista”, sino que se trata, en línea con la “nueva evangelización” de Juan Pablo II, o de la creación en 2010 por Benedicto XVI del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, de asumir un cambio de época. (…) Es necesaria una nueva evangelización, o reevangelización». EL FINAL DE UN PONTIFICADO… Escribía en mi libro, Por último, en esta breve lista podemos ser testigos en este año 2021 del fin próximo de los días de un papa que ha sido un profeta, Benedicto XVI. Todo parece a punto para que, si Benedicto XVI abandona esta vida terrena por la Casa del Padre, Jorge Bergoglio, nuestro amado Francisco I, presente su renuncia como él mismo ha mencionado que no descarta hacer llegado el momento adecuado. Aunque, como apuntan algunos, pudiera ser que el destino, la Providencia nos hubiera preparado ver a Benedicto XVI enterrar a Francisco. El mismo biógrafo del papa, Austen Ivereigh, había recordado a la opinión pública mundial que no había ninguna duda que Francisco dimitiría el año 2020, puesto que así lo había anunciado él mismo[2]. PAPA FRANCISCO, FELICITACIÓN NAVIDEÑA A LA CURIA VATICANA, 2019 En la entrevista que me concedió Austen Ivereigh, biógrafo de Francisco, para el Portal Forum Libertas y que publiqué el 7 de diciembre de 2015 —solo 30 días después de la visita de Francisco a Estados Unidos de Norteamérica—, me manifestaba que «el cambio cultural lleva tiempo, pero mi predicción es que la reforma de Francisco, la conversión que traerá será un cambio permanente qué será continuado por sus sucesores porque responde de hecho a lo que Francisco dice: “esta no es una época de cambios, sino un cambio de época”. Y con esa permanencia vamos a ver con el tiempo, y ya en perspectiva, la gran significancia de este papado, que está implementando plenamente a base de estos cambios lo propuesto ya en el Concilio Vaticano II. No hay duda de que Francisco prefiere equivocarse por demasiada misericordia que por demasiado rigor». SIGNOS VISIBLES DEL CAMBIO DE ÉPOCA EN EL MUNDO En este «cambio de época» en pleno siglo XXI que describe Francisco estamos viviendo varios episodios que marcan la historia de la humanidad, aunque con distintos grados de impacto. En primer lugar, y marca un pequeño punto de fuga con respecto al acontecimiento de la visita a Filadelfia de Francisco, la reciente aceptación por parte del papa de la renuncia por edad del arzobispo Charles Chaput de Filadelfia. Monseñor Charles Chaput fue el arzobispo que le recibió como anfitrión del Encuentro y presentó la efeméride al mundo desde el estrado de la gran fiesta de las Familias el último día del Encuentro Mundial de las Familias 2015. Así, el 18 de febrero de 2020 monseñor Nelson J. Pérez inauguró su mandato como nuevo arzobispo nombrado por el papa Francisco y llamado a suceder a Monseñor Charles Chaput. En segundo lugar, el fenómeno conocido como Brexit (Britain-Exit) o salida de Reino Unido de la Unión Europea, vigente desde 1 de enero de 2021. No deja este de ser un acontecimiento trágico por lo que había representado la fundación de la Comunidad Económica Europea para la esperanza de que no se repitiera la tragedia que supuso la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que no se haya implementado plenamente el Brexit en estos años desde su comunicación a la UE por parte del Gobierno de Reino Unido en marzo de 2017 y hasta el 1 de febrero de 2020 representa en cierto modo una profecía de deconstrucción más que de esperanza. Curioso Encuentro también el de Filadelfia contemplado desde esta perspectiva si consideramos que en Filadelfia brotó la Independencia Americana de Estados Unidos de Norteamérica respecto a los ingleses un 4 de julio de 1776, su particular AMEXIT (America-Exit) si se me permite el paralelismo. En tercer lugar y solo recientemente, el 29 de abril de 2020 —festividad de santa Catalina de Siena, patrona de Europa— el papa Francisco ha clamado por una Europa unida en sintonía con el clamor de san Juan Pablo II para que Europa volviese a sus raíces cristianas. El papa Francisco ya había clamado anteriormente por esa unidad profética de Europa a principios de junio de 2019, también con anterioridad a principios de julio de 2016, y más recientemente todavía el 10 de mayo de 2020, con ocasión del 75 aniversario del VE-Day o día de la Victoria en Europa sobre el satánico ejército del Tercer Reich nacional - socialista alemán acaecida dos fechas antes en el año 1945, un 8 de mayo. En cuarto lugar y en otro orden de cosas, el azote de una crisis sanitaria global por el llamado virus COVID19 que ha afectado a toda la familia humana durante la casi totalidad del año 2020, y todavía no ha sido controlado en pleno año 2021. Anteriormente aún, la firma del «documento de la fraternidad en Abu Dabi» el 4 de febrero de 2019 en que se hace oficiosa una herejía por mor de un bien mayor si eso es justificable, que no lo es. No se sabe si por defecto y culpa del servicio de traducciones del Vaticano al pasar de una lengua a otra una frase original desconocida pero que da como resultado que Dios “quiere” la diversidad de religiones, cuando ello es contrario a la Tradición de la Iglesia Católica. Reflexioné sobre esto en un artículo. Propuse en ese artículo en el Portal de Internet International Family News[1] que esta crisis creada por la equiparación de las religiones por parte del Vaticano, al menos en apariencia, podría ser debida a la poca calidad de los servicios de traducción del mismo Estado Vaticano. En séptimo lugar y en la misma línea de «acuerdos», fuimos testigos inertes durante el año 2019 de la firma de un acuerdo-pacto cuyos términos siguen manteniéndose en secreto por las partes, entre el Vaticano y la República Popular comunista de China, que está causando antes que motivos de esperanza, una trágica escalada de abusos por parte de las autoridades del régimen totalitario chino sobre las religiones y en especial —justo lo que se pretendía frenar— sobre el cristianismo y más insidiosamente sobre los católicos de ese macro país. Y en la posición número ocho de esta lista de acontecimientos que están impactando a la humanidad en esta época de cambios en pleno siglo XXI, vivimos también un momento caliente en la confusión sobre la identidad del sacerdocio ministerial, y somos testigos de las discusiones sobre si es más un ministerio social o un testimonio de la esponsalidad de Cristo con su Iglesia; vemos cómo se minusvalora, cuando no se ataca, el celibato de los sacerdotes en el rito de la Iglesia latina contemporáneamente con la publicación en marzo de 2020 tras el Sínodo sobre la Amazonía de la exhortación apostólica del papa Francisco «Querida Amazonia». Las expectativas de algunos sectores para con la publicación del documento final de esta exhortación apostólica rebelaban un deseo diluir la dimensión ministerial del sacerdocio católico asimilándola a la dimensión universal del sacerdocio común que tienen por el bautismo todos los cristianos, introduciendo la propuesta de instaurar la elección de presbíteros por parte de la comunidad a votación popular, y la posibilidad de la ordenación de mujeres y chamanes para que fueran erigidos presbíteros católicos. Esto finalmente no ocurrió, al menos oficialmente. [1] «El flirteo Abu Dabi-Vaticano o los traductores vaticanos ayunos de teología». Artículo de Jordi Picazo, 5 de marzo de 2021. En ifamnews.com/es [2] «El papa francisco podría dimitir después de las fiestas navideñas». Artículo de 22 de diciembre de 2020 en https://centranews.com.gt/ [3] Cfr. Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia «VULTUS MISERICORDIAE», en Vatican.va -¿Va a cambiarlo todo, como temen los conservadores, o lo va a dejar todo como está, como temen los progresistas? -Bergoglio recibió una gran influencia del libro de Yves Congar de 1950 Verdadera y falsa reforma en la Iglesia, que San Juan XXIII tenía como libro de cabecera en su mesita de noche cuando convocó el Vaticano II. Congar muestra cómo en el pasado la reforma católica auténtica en la Iglesia católica siempre ha tenido lugar en consonancia con la tradición de la Iglesia, no cuestionando las doctrinas católicas fundamentales. El Papa no va a cambiar la doctrina. Puedes leer aquí la entrevista que le hice antes de la presentación: EL ROSTRO DE DIOS ES MISERICORDIA. MI ENTREVISTA AL BIÓGRAFO DEL PAPA FRANCISCO
Así, el autor de “El Gran Reformador. Francisco, retrato de un papa radical” subrayaba durante nuestra entrevista en Barcelona, España tres meses después de que coincidiéramos en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, que la primera caracterización de Francisco en el título de su libro «suena a Lutero» y la segunda «puede sonar a Che Guevara». También aseguraba que «El papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica». John Allen Jr. —destacado vaticanista estadounidense y director del portal católico Crux— calificaba esta biografía de «indispensable y absorbente». Rigurosa- mente documentada, se hace difícil dejar su lectura una vez te has embarcado en ella, comentaba. Ivereigh y el que te habla, querida lectora, querido amigo lector, coincidimos en la Convención Anual de la RNA en Filadelfia ese septiembre de 2015, y tuvimos ocasión de charlar de nuevo en Barcelona cuando le entrevisté tres meses después del final del Encuentro Mundial de las Familias, un 1 de diciembre de 2015. «Aquellos que experimentan la misericordia, experimentan a Dios mismo» JORDI PICAZO: —¿Austen, puedes ampliar esa afirmación tuya de que la misericordia es la clave del papado de Bergoglio? AUSTEN IVEREIGH: —La misericordia en Francisco es un tema clave que está presente desde el principio de su vida personal. Es importante aquí recordar una experiencia tumbativa de misericordia poco antes de los 17 años en el confesionario, y que él mismo describió más tarde como igual que haber sido tirado del caballo. Personalmente creo que siempre ha estado convencido de que aquellos que experimentan la misericordia experimentan a Dios mismo; porque la misericordia es la primera manifestación para aquellos que son incondicionalmente perdonados. Son estos los que experimentan a Dios y por tanto se ven convertidos. La misericordia es absolutamente crucial en la evangelización tal como la ve el papa. En otras palabras, la Iglesia tiene que orientarse hacia demostrar y ofrecer esa misericordia de Dios en todas y cada una de las cosas que hace. Es así como va a tener credibilidad. Este es un punto capital en la bula “Vultus Misericordiae”, con ocasión del anuncio del Jubileo de la Misericordia que comienza en una semana [por diciembre de 2015]. En la Bula el papa utiliza la palabra credibilidad cuatro veces. Y eso es muy interesante. La Iglesia solo es creíble cuando es misericordiosa. Y, ¿por qué dice eso el papa? Pues porque mucha gente tiene, aunque sólo sea inconscientemente, conocimiento de Dios; y la sociedad occidental está informada por el cristianismo y subconscientemente reconocemos que Dios es misericordioso. Así, cuando la Iglesia aparece como juzgadora, la rechazamos, por mucha verdad que proclame; mientras que cuando la gente percibe la misericordia, se ve desbordada y atraída. «Cuando la Iglesia aparece como juzgadora, la rechazamos, por mucha verdad que proclame; cuando la gente percibe la misericordia, se ve desbordada y atraída» -AUSTEN IVEREIGH JP: —Entonces la Nueva Evangelización consiste en re-proponer la Evangelización con nuevas maneras, no tanto volver al principio porque haya fracasado la primera. AI: —El concepto de Nueva Evangelización surgió ante la crisis de valores del continente europeo, y fue propuesta por el papa Juan Pablo II. Fue más tarde implementado por el papa Benedicto XVI, que creó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y convocó un Sínodo sobre este tema. La cuestión es crear nuevas maneras dinámicas y energías para llevar a cabo esta Nueva Evangelización. Recuerdo muy bien el Sínodo sobre la Nueva Evangelización del año 2012. Hubo mucha charla acerca de la apologética y pienso que el problema desde el punto de vista de Latinoamérica —desde donde Jorge Bergoglio lo veía todo en Buenos Aires— era que todo ello de alguna manera simplemente reforzaba la laguna entre la Iglesia y la gente. Cuanto más la Iglesia enfatiza su verdad tanto menos se la escucha, a menos que acompañe esa proclamación con acciones de misericordia a la vez que de un mensaje de humildad. Y por ello pienso que ahora es cuando la Nueva Evangelización está empezando a llevarse a cabo eficazmente, bajo el pontificado de Francisco y su idea de misericordia. Cuando decimos que Dios es misericordioso estamos diciendo que Dios tiene un corazón para el pobre. JP: —¿Misericordia sin arrepentimiento? La Biblia dice «pero si hubierais sabido lo que esto significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’, no hubierais condenado a los inocentes (Mt 12:7 -Traducción en LBLA, La Biblia de las Américas)». ¿No sugiere esto la necesidad de la conversión? El arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, ha prevenido del peligro de una misericordia de rebajas; o el mismo teólogo converso al catolicismo Scott Hahn, en Filadelfia, en el marco del Encuentro Mundial de las Familias, comentaba en su charla ante 3.000 asistentes de diversas de- nominaciones que lo aclamaron al unísono con estruendoso aplauso: «misericordia no va de perdón, misericordia va de arrepentimiento». AI: —La palabra latina misericordia consta de dos partes: Cor —corazón— y miseri —los pobres. Estamos hablando de los pobres, de los pobres en el sentido amplio y no solamente los pobres materiales: cualquiera que busca, que anhela; pobre en el sentido de las Bienaventuranzas, el que anhela, sufre. Por tanto, cuando decimos que Dios es misericordioso estamos diciendo que Dios tiene un corazón para el pobre. Cuando buscas a Dios lo acabas encontrando. Pero la misericordia no es barata, no. Cualquier contacto con Dios requiere y conduce a la conversión. Y Bergoglio cuando era obispo insistía en que la gente que realmente se topa con esa misericordia de Dios no puede ya más separarse de la ley. Les cambia esa misericordia. Entiende así que la estrategia de evangelización de la Iglesia tiene que fundarse en ofrecer la misericordia completa, y de manera práctica, concreta, inmediata y accesible a la gente. «El Papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica» JP: —¿Trata Francisco de vapulear todas las con- ciencias con frases cortantes y rompedoras? ¿Es consciente de que no pocas veces confunde a más de uno? El reciente encuentro con los luteranos resaltaba la soberanía de la conciencia, respondiendo a la pregunta de una mujer luterana, esposa de un católico, sobre su deseo de comulgar junto a su marido. Con esos consejos de seguir la conciencia tras llevar ese dilema a la oración, ¿trata el papa de prevenir a los conservadores de una posible tentación de idolatrar la ley? O, cuando algunos interpretan la potestad concedida a los sacerdotes —y no solamente a los obispos— durante el año de la misericordia de perdonar el pecado del aborto, se interpreta por parte de algunos que ha dejado de ser pecado… ¿Podríamos hablar de algún trastorno común en el papa —como todos tenemos alguno, sea narcisismo, trastorno hipocondriaco—, convierte en doctrina de la Iglesia sus opiniones? ¿O es simplemente rompedor como Jesucristo? AI. —No sé si confunde a la gente. Sí sé que hay gente que se siente confundida en ocasiones por las frases del papa Francisco, pero no me he topado con nadie que no sepa en qué lado se encuentra el papa, y he constatado además que el papa no ha cambiado ni aguado ningún aspecto de la doctrina católica. Francisco hace una y otra vez lo mismo que Jesucristo, transmitir la ley de Dios manifiesta en las enseñanzas de la Iglesia proporcionándole la más plena comprensión y entendimiento. En el ejemplo que mencionas de san Juan en su Evangelio con la mujer adúltera, Jesús le dice «vete y no peques más». Él la ve como una pecadora, está claro, pero no solamente como una pecadora. La ve también como una víctima que necesita ser curada. Y este es el punto central: si dejamos fuera la misericordia nos quedamos solo con el juicio duro y eso no es de Dios. Si queremos comunicar a Dios, entonces debemos comunicar su Misericordia[1] (Vultus Misericordiae, descargar aquí en pdf). «Francisco es misionero, y los misioneros no van en busca de la gente para leerles encíclicas: empiezan con el kerigma» JP: —¿Por qué lleva solo una frase del papa —como la de «¿quién soy yo para juzgar a una persona gay que busca a Dios en su corazón?»— para provocar el caos, cuando Francisco no deja de recalcar la santidad del matrimonio, y que este es entre un hombre y una mujer? AI: —No hay contradicción, realmente, para el amor de Dios. Estas personas, gay o transgénero, han experimentado tradicionalmente una dosis de rechazo dentro del seno de la Iglesia, lo que les convierte de alguna forma en ciudadanos de segunda clase. Eso es lo que el papa Francisco quiere decir cuando habla de la proclamación primera de la misericordia. A veces nos obsesionamos con las cosas que repetimos una y otra vez y lo que repite una y otra vez el papa es lo que la gente necesita: esa es puramente la manera de pensar de un misionero, y Francisco es misionero. Y los misioneros no van en busca de la gente para leerles encíclicas: empiezan con el kerigma y eso es lo que Francisco intenta priorizar. Así, en cierta manera, si refuerzas constantemente la proclamación de la verdad, podrás hacer eso el tiempo que quieras, pero no te oirán, y no vas a transformar a nadie. Mucha gente, como puedes imaginarte tras leer la biografía, me dice —ey, me gusta el papa Francisco, pero no me gusta la Iglesia católica. Y yo les digo: —¡y por qué eso!—, y te dan casi siempre un ejemplo de algo que ha dicho o de algo que ha hecho Francisco; y resulta que eso refleja obras de misericordia, como por ejemplo que el papa permita que las mujeres den el pecho en la Capilla Sixtina, o su momento cuando abraza al hombre con las grandes llagas y deformaciones en la Plaza de san Pedro. Y estas cosas que nos cuentan estas personas son historias a través de las cuales reconocen lo que ya han conocido anteriormente, el amor de Dios. «No hay duda de que Francisco prefiere equivocarse por demasiada misericordia que por demasiado rigor» JP: —¿Se va viendo el efecto positivo y transformador de esta misericordia del papa? AI: —El “Efecto Francisco” no podemos discernirlo todavía, es demasiado temprano. Vemos que mucha gente vuelve a la Iglesia, y que hay una nueva disposición en la gente de mirar de nuevo a la Iglesia. Si eso se traduce en con- versiones o no, va a depender de la influencia de ese cambio cultural que conlleva esa actividad misionera de la Nueva Evangelización. El cambio cultural lleva tiempo, pero mi predicción es que la reforma de Francisco, la conversión que traerá será un cambio permanente qué será continuado por sus sucesores porque responde de hecho a lo que Francisco dice: «esta no es una época de cambios, sino un cambio de época». Y con esa permanencia vamos a ver con el tiempo —y ya en perspectiva— la gran significancia de este papado, que está implementando plenamente a base de estos cambios lo propuesto ya en el Concilio Vaticano II. No hay duda de que Francisco prefiere equivocarse por demasiada misericordia que por demasiado rigor. [1] Cfr. Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia «VULTUS MISERICORDIAE», en Vatican.va DE MI "DEDICATORIA", EN EL LIBRO Dedico este libro a mi amigo César Viveros, a su amada esposa Ana Guissel Palma Serrano y a sus hijos Maximiliano y Ana Isabel. Mi amistad con César Viveros surgió de repente y se forjó a fuego lento, un encuentro que debo agradecer a Alicia Uribe, periodista latina que me acompañaba en ese momento con el artista elegido para la confección del inmenso mural que conmemoraría la visita del papa Francisco a los Estados Unidos de Norte América en septiembre de 2015. César, amigo mío, ahora ya después de más de 5 años, he sido testigo de tu gloria, fruto de tu labor constante y esforzada. He sido también testigo de tu pasión por tu trabajo, por las personas, por el arte; tienes dentro de tu pecho un corazón ardiente, lleno de amor. Dios ha permitido que la desgracia de una pérdida familiar irreparable te asalte a poco de colgar tu Mural para la historia en la escuela de san Malachías en Filadelfia. Ana contempla desde el cielo lo que estás haciendo, fruto también, como vuestros hijos, del amor. Nunca había llamado yo a nadie hermano. Entre los míos de sangre soy el único varón. A ti César empecé a llamarte hermano, tú a mí también, aunque por ser mejicano de Veracruz en ti es una cosa más habitual. Pero ese llamarte hermano cada vez se me ha hecho más natural; tú diste vida con tu Mural al sueño que para millones de almas americanas fue la visita del papa Francisco, Pope Francis, a Estados Unidos de Norteamérica. Tú regalaste a la ciudad de Philadelphia y al mundo entero un recuerdo de ese gran encuentro. Y tú, paradójicamente, sufriste la pérdida más grande, en tu carne, de tu amada Ana. Yo junto a ti esos días de setiembre de 2015 había encontrado mi pequeño sueño americano, tardíamente tal vez, a mis 53 años, en mi primer viaje a los Estados Unidos de Norteamérica. A ti César Viveros y a ti, Ana Guissel dedico este libro en primer lugar. También, permíteme, César, dedico este libro a la población hispana de Filadelfia y Gran Filadelfia. Dedico esta obra también a nuestro amado papa Francisco, a quien pude regalarle una copia de la fotografía original de su firma, estampada sobre el Mural de César antes de ser “tatuado” sobre la pared de la nueva escuela católica de St. Malachi de la Diócesis de Filadelfia. Quiero asimismo dedicar este relato, y de manera especial, a Anna, que ha creído en mí y sin cuya ayuda yo no hubiera ido a Filadelfia y no habría sido testigo de las vivencias que aquí narro. También dedico este libro al cardenal Saraiva Martins, Prefecto Emérito de las Causas de los Santos en el Vaticano, promotor de las causas de beatificación de los pastorcitos videntes Jacinta y Francisco de Fátima, hoy santos ya. Y al santo que más ha visitado el santuario de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, Portugal y que ha influido decisivamente en mi amor a la Virgen, san Josemaría Escrivá, sacerdote español que vivió y murió en Roma y que fundó el Opus Dei. Finalmente, y en esta misma línea dedico este libro también a san Marcelino Champagnat, fundador de los hermanos Maristas en cuyo primer colegio en España me formé y se sembró la semilla de mi amor y confianza en nuestra Madre del Cielo. Y es que la Virgen Madre de Dios tiene mucho que ver en esta historia. Puedes leer más en mi libro recién publicado, primer libro en el mundo sobre el año de la familia Amoris laetitia, disponible en Amazon a precio popular. Accedes a Amazon haciendo clic en este enlace, aquí. |
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